lunes, 4 de junio de 2012



Habiendo llegado al tiempo en que
la penumbra ya no me consuela más
y me apocan los presagios pequeños;

habiendo llegado a este tiempo;

y como las heces del café
abren de pronto ahora para mí
sus redondas bocas amargas;

habiendo llegado a este tiempo;

y perdida ya toda esperanza de
algún merecido ascenso, de
ver el manar sereno de la sombra;

y no poseyendo más que este tiempo;

no poseyendo más, en fin,
que mi memoria de las noches y
su vibrante delicadeza enorme;

no poseyendo más
entre cielo y tierra que
mi memoria, que este tiempo;

decido hacer mi testamento.

Es este:
les dejo

el tiempo, todo el tiempo.



                          Eliseo Diego

Lo bello se comparte!

viernes 9 de septiembre de 2011.

domingo, 1 de abril de 2012

Mis poseciones

Mis posesiones, compradas o heredadas, en Pachita:
Una mesita, con una pata única, que siempre se las arregla para cojear.
Una silla que goza en hacerme recordar que no siempre es cómodo estarse sentado.
Una cocina que me da terror mirarla, tan seria y oxidada, hasta parece triste, y me da pena que tenga como función principal hacer mi pobre hora del almuerzo una especie de fiesta inalcanzable.
Una carretilla que, de tanto parche que le puso mi heredador padre, me acompleja que yo, para usarla, tenga que calzarme los guantes de trabajo.
Hileras de libros, todos ya leídos, y que sin embargo, no han dejado visible huella alguna, y para colmo, algunos de sus autores, amigos míos.
Repisitas de madera, un baúl chiquito y otro grande, un dizque roperito casi igual de alto que de ancho, clavos martilleados a lo macho en las paredes y sin ninguna estética convencional, todos testigos elocuentes de que por aquí pasó ese hombre que poco habló y mucho enseñó a propios y extraños.
Caminitos trajinados y ya olvidados, que nos hablan de rutas nada improvisadas que llevaban a cada planta sembrada y cosechada, por ahí atrás “junto al pozo”.
Variedad de árboles frutales que, en cada ciclo productivo, me cantan glorias mejores que tuvieron, cuando cada mañana eran saludados y alentados: “apúrate cholo, que ya te toca tu turno”, y felices entregaban sus frutos a esas manos expertas que los recogían.
Dos cercos de piedra, uno al frente y otro al fondo, éste aún está, aquel ya no, los que me hacen sentir, como si aún estuvieran frescos las ampollas en las manos y el dolor de cintura de cuando, en los fines de semana, ponía yo piedra sobre piedra, guiado por el incansable Beshto, hace ya casi treinta años.
Un pozo silencioso, 30 metros abajo, que tan calladamente canta recuerdos, tonadas al silbo, proyectos en voz alta, y penas, muy escondido allá al fondo de Pachita, cerca a la zona de Tiwinza, llamada así por su reclusión y soledad, junto a la propiedad minada del vecino inmediato.
Unos árboles frutales, a quienes vi nacer, y que ahora me incentivan a mirar hacia las nubes, aunque fuera sólo por el egoísmo de buscar un fruto en sazón entre sus dadivosas ramas.
Un dizque batán hecho de cemento pobre, que aún guarda el sabor de los ajicitos con huacatay, preparados a lo rápido, “por que yo pu’hago las cosas en el aire, en el aire nomá”, como sentenciaba la Rogel, a modo de desafío.
Una infindad de cosas y huellas de una presencia que no pasa, Beshto, mi padre.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Dolores antiguos

Martín Fierro canta así las desdichas del gaucho argentino desterrado de su querencia y perseguido por la autoridad:
Vive el águila en su nido,
el tigre vive en la selva,
el zorro en la cueva agena,
y en su destino inconstante,
solo el gaucho vive errante
donde la suerte lo lleva.     Porque:
para él son los calabozos,
para él las duras prisiones,
en su boca no hay razones
aunque la razón le sobre,
que son campanas de palo
las razones de los pobres.

("Las Venas abiertas de América Latina". Eduardo Galeano. Con ocasión del Proyecto Conga en Cajamarca. Dic'11)

lunes, 21 de noviembre de 2011

Lo más doloroso

Lo más doloroso a lo largo de los días ...
No es el nuevo callo que aparece al ya empezar a renguear, a pesar de las conocidas rutas que frecuentamos, sino el portazó que te cae en la cara, intencionalmente tirado por aquel que más amas, y de quien menos lo esperas.
No es el saludo forzado de quien no tiene otra opción que dártelo, sino el beso que, generalmente cálido y esperado, te roza la mejilla sólo para salvar las apariencias.
No es la indiferencia del que pasa por tu acera, sino el desamor de quien sólo recibió muestras repetidas de tu calidez y entrega inagotables.
No es la sequía del predecible estío, sino la abrupta y trabajada indiferencia de quien te abre su puerta para aprovechar de tus larguezas.
No son las limitaciones que la vida elabora para mantenerte alerta en la ruta, sino la privación del filial amor que creías haber sembrado y cultivado en tu hijo.
No es el hueco que un día aparece en la prenda que tan rutinariamente usas, sino el exponer ante los demás tu desnudez de presencia real de quien tan entrañablemente amas.
No es la ausencia de riqueza, sino la soledad que inexorablemente va carcomiendo tus más caros proyectos de futuro.
No es el miedo a lo desconocido, sino el desconcierto ante un inesperado gesto con mueca de desprecio.
No es la ignorancia, sino la osadía del ignorante,
... lo que más duele en la vida!

viernes, 6 de mayo de 2011

INCERTIDUMBRE

Mi padre, Dn Humberto, es una incógnita difícil de penetrar. Siempre pensé que él era un cierto tipo de arcano, un interrogante del que era mejor mantenerse respetuosamente distante. Nunca fue fácil adivinar qué paso tomaría, qué rumbo seguiría.
Ahora , con sus repetidas bajas de salud, nos tiene en ascuas sobre su "decisión" final. Una anemia severa sin causa clara que la haya producido, un diarrea destructivo que no da opción a curación efectiva, una debilidad física incontrolable, y finalmente, un oncólogo que decidirá, en la práctica, el final del trajín.
Don Humberto, una obra en varios actos, todos de similar intensidad y drama, expectativas y ansiedades, luchas aunque, hasta ahora, sin derrotas.
Seguiremos tu obra hasta el último instante que nos quieras aleccionar, Beshto!

Mensajes incompletos

1. "Catiese marido si que ..."
puede completarse con "... a mi me hubiera gustado tener", o "...paqué ya pue vale?".

2. "Cómo ya pue luas aprendido?..."
a) si tú nunca fuiste bueno para nada, b) eso es algo que normalmente muy difícilmente se aprende.

3. "Mejor quítate".
a) que me estás dando pena con tu intento, b) se te ve ya muy cansado.

4. "Eso, tengo que verlo".
a) no te creo ni viéndolo, b) tu éxitos son los míos.

5. "Mejor siéntate".
a) que me das pena por tu torpeza, b) ya has trabajado suficiente.

6. "Ay, tu ojos".
a) están cadavéricos, b) cómo me encantan.

7. "Paqué yapuas venido"?
a) quién te necesita, b) no tenías que molestarte en hacer un viaje tan largo.

Trujillo, Hospital Belén

Situacionnes inconclusas.

-Una ventana se mantiene abierta con una botella a medio llenar, colocada entre la ventana y el marco. Prohibido estornudar, o se cerrará estrepitosamente la ventana, cortando todo ingreso de aire fresco en el ambiente.

-Un watchi que te sonríe al permitirte pasar al área de pasientes internados porque a lo mejor le dejas un paquete de galletas o una botellita de coca cola.

-Un familiar de enfermo con un doble saludo al de seguridad: por favor... (si le deja pasar), conchetumadre (si no lo deja entrar).

-El vendedor de la farmacia que te recibe con un saludo cautivador (a lo mejor hace su negocio del día), o te despide con un despechado "nuhay" (se le frustró el negocio).

-El hombrecito que se aterra ante la posibilidad de que no pueda (no le dejen) dormir junto a su familiar enfermo, porque la alternativa que le espera es la de dormir en la banquita del parque.

ETC.